jueves, 4 de noviembre de 2010

Si solo me quedara una semana de vida…


Agradecería a la vida el darme la oportunidad de saber que me queda una semana de vida, el no saber cuándo terminará nuestra historia nos hace pensarnos inmortales y posponer los sueños, los planes, las alegrías y los “te quiero” para “un momento más apropiado”.

Correría regalando abrazos a todos los que quiero, a todos aquellos que me han dejado cruzarme en su camino y han puesto su semilla para ser lo que soy y a todos aquellos que me han dejado aportarles algo en su vida.

Dejaría en un cajón la tristeza, las deudas, las preocupaciones, las lágrimas y los proyectos inconclusos. Nada puedo hacer ya por ello.

Tomaría las manos de mis padres, de mis hermanos, de mis hijos, de mi pareja, de mis amigos y les gritaría al oído, con un susurro, cuanto los quiero y cuan importantes son en mi vida.

Vaciaría mis cajones regalando todo lo que tengo a aquellas personas que más lo necesiten y lo valoren; dejaría mi diario en un lugar público intentando así explicar mis porqués.

Haría una caminata en el campo con los pies descalzos para sentir la hierba bajo mis pies, voltearía los ojos al cielo admirando el lienzo de las estrellas y las formas de las nubes aspirando el aroma de las flores y los pinos al ritmo de mi corazón.

Probaría nuevos sabores, nuevos olores, nuevos sonidos; degustaría las 21 comidas más exóticas que jamás imaginé, arriesgaría el olfato en cualquier panadería recién abierta y bailaría de su mano hasta que salga el sol.

Si solo me quedara una semana de vida trataría por todos los medios hacerte sonreír y llenar mi equipaje de alegría, de sonrisas, de gratos recuerdos; al final será lo único que quiera llevarme.

Viviré hasta el último día de “mi semana” como si realmente me quedara solo una semana de vida.

"Verás que la felicidad se expande, la sonrisa se vuelve pandémica y la vida se hace mejor."


Un abrazo
Gerardo González Guzmán

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